Arq. Verónica Santamaría Díaz
Reciclar significa “someter un material usado a un proceso por el cual podemos hacerlo utilizable nuevamente”. Existen muchas formas de ayudar a que haya menos contaminación en el planeta entero, y una forma muy simple de hacerlo, es recolectando y reciclando los materiales, que para muchos son solo basura. Reciclar se ha convertido en una de las actividades que están ayudando a solucionar, en parte, los problemas ocasionados por los millones de toneladas de desechos sólidos producidos a diario por los seres humanos en todo el mundo.
En Colombia dicen que generamos aproximadamente 1 Kilogramo de basura al día por persona, y si los colombianos somos alrededor de 43 millones, son casi 43.000 toneladas que desechamos cada día (en países “desarrollados” el promedio aumenta casi en un 600%, es decir ocho kilogramos al día por persona). El problema radica, que reciclable en un estimado son 28.800 toneladas y solo alrededor de 2.800 pasan a ser procesadas y reutilizadas; es decir, el 90% restante de los residuos terminan arrojados en rellenos sanitarios y botaderos ilegales.
Este es un problema que debemos solucionar pronto, porque si no llegará el momento en el que no habrá donde más “almacenarla”, más de la mitad de la basura que se produce se puede transformar, materiales como plástico, papel, cartón, vidrio y metal se pierden en grandes cantidades, sin lograr ser reutilizados con nuevos propósitos.
El verdadero fin, es llegar al punto del aprovechamiento de materiales desechados, con el propósito de crear elementos que generaran productividad y al mismo tiempo crear conciencia sobre el reciclaje. Con la transformación de estos materiales y la sensibilización de la comunidad es posible reutilizar materiales aparentemente inútiles en pro de un beneficio mutuo y abrir una puerta para las ideas, no solo de arquitectos sino de cualquier profesional que esté dispuesto a trabajar de forma consiente por el mejoramiento de nuestro entorno natural.
El planeta nos está dando alarmas que algo pasa, muestra de esto lo podemos denotar con las diferentes catástrofes naturales de las últimas décadas (devastadores terremotos, tsunamis, huracanes, inundaciones), por nombrar algunos. Lo que nos hace pensar que algo pasa en nuestro planeta; un tiempo atrás no se hablaba del tema ahora aun cuando ya tenemos la problemática, falta actuación y acción al respecto.
El arquitecto japonés Shigeru Ban, recién nombrado Premio Priztker 2014, quien se define: “siempre estuve interesado en utilizar materiales de bajo costo, locales y reutilizables”, nos da una muestra contundente que si se puede realizar arquitectura reciclada y reciclable, sin duda alguna hace que nuestro planeta sea un lugar mejor, sin contar el ingrediente adicional que le imprime Ban a sus proyectos, su trabajo humanitario, sin dejar de lado lo original, ingeniosos y económicos que son estos, en donde minimiza el procedimiento y no el resultado, se sabe que utiliza lo que está a disposición de cada lugar y que odia el desperdicio.
“Su trabajo inicia con la construcción de refugios apoyados en estructuras de tubos de papel reciclado para dar una respuesta a la población afectada posterior al conflicto en Ruanda (1994), continuo con la construcción de viviendas en una semana (sumándole la labor de enseñarle a los ciudadanos a construirlas) y la “iglesia de papel”, después del terremoto en Kobe, Japón (1995), esta última fue desmontada y enviada a Taiwan (2008), en donde con cajas de cerveza, papel y sacos de arena, se construyeron casas para los vietnamitas refugiados de la zona. Así su labor solidaria ha llegado hasta la construcción en Puerto Príncipe, Haití (2010) de refugios de emergencia construidos con lonas, sogas y tubos de papel reciclados, adicional un prototipo de vivienda temporal de madera y en el tsunami de Japón (2011), en donde acondicionó con tela y tubos de cartón, los primeros centros de emergencia y con contenedores de barco (estructuras sólidas y fáciles de apilar) un barrio en Onagawa que le dio techo a los afectados.
Esto lo ha convertido en un arquitecto que investiga las características propias del material, sus posibilidades de utilización y el demostrar que aunque son materiales débiles, se puede proyectar con ellos y plantar en la comunidad la semillita de la concientización, sobre cómo, la utilización de reciclaje en una forma simple pero que nos provea un mejoramiento ambiental por medio del diseño arquitectónico”.
El reciclaje supone muchas ventajas al medio ambiente, por ejemplo, la utilización de chatarra reciclada durante los procesos de la fabricación de otro tipo de material llega a suponer una disminución de hasta un 76% del consumo del agua, 75% del gasto de energía y un aproximado de 88% de las emisiones.
Estos son solo datos técnicos, pero; si hay una cosa muy clara es que tenemos que tomar conciencia frente al reciclaje y tomarlo como un comportamiento básico y correcto respecto a lo que consumimos día a día y a cada residuo que generamos, eso si queremos que a la vuelta de 20 o 30 años podamos decir que hicimos algo por salvar nuestro planeta.
La realidad es que estamos contaminando el planeta, con cada jornada de consumo se deja una huella ambiental y este planeta es el único que tenemos, por eso es que debemos preservarlo y cuidar nuestro medio ambiente. Es importante una toma de conciencia de los residuos que cada uno produce al día y recordarlo al despertar (mas consumo = más residuos). Realmente hoy no hay pruebas reales de que haya vida en otro planeta. Así que, no hay por ahora otros mundos a los cuales los seres humanos podamos emigrar si los recursos del nuestro se terminan, pensemos en el medio ambiente, porque solo nos queda medio.